UNA VOZ QUE SIGUE CLAMANDO EN EL DESIERTO

Fray Raúl Padreñán Godoy

Agradezco a la Red Solidaria Contra la Impunidad, junto con otras comunidades y organizaciones, por invitarme a celebrar los 40 años del caminar de Fray Julián Cruzalta Aguirre. Hermano de camino en la Orden de Predicadores (Dominicos), hermano de camino en la Comunidad Ecuménica Magdala.

Conocí a Fray Julián en la Misión de Ocosingo, Chiapas, en la comunidad de Frailes Dominicos, en la Parroquia de San Jacinto, en 1988. En Pleno conflicto que estaban viviendo las comunidades de la parroquia, persecución de las comunidades zapatistas y a un mes de la masacre en Acteal.

Lo recuerdo en una de las zonas de la parroquia, en la selva, llamada zapotal, camino hacia la Comunidad del Calvario, una comunidad totalmente zapatista, invadida por el ejército mexicano. Nos encontramos en el camino, fray Julián montaba a caballo, porque era la única manera de atravesar los caminos, pues el lodo nos llegaba hasta las rodillas. Fray Julián iba acompañado por hermanos y hermanas de la cañada y por una hermana muy querida, defensora de los Derechos Humanos y directora del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, en la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas; Marina Patricia Jiménez Ramírez, que ya ha regresado a la Fuente Divina, seguramente hoy se alegra y festeja estos 40 años del caminar de Fray Julián en defensa de los derechos humanos. Estas dos voces clamaban por la reconciliación y la paz en las comunidades de la Diócesis de San Cristóbal, guiada por el gran profeta Don Samuel Ruiz García.

Comparto esta experiencia de camino para dar testimonio de que fray Julián no ha sido un teólogo y defensor de los Derechos Humanos de escritorio, ha caminado con las comunidades, se ha ensuciado los zapatos o los huaraches de lodo. Tomando conciencia que desde la espiritualidad dominicana no basta con limitarnos a ver esos lugares de lo humano y ser turistas ante la crucifixión del mundo. Fray Julián sabe que estos lugares son en los que se aprende a hacer teología y dar esperanza al caminar del pueblo de Dios.

Otra experiencia de la voz que sigue clamando en el desierto en el caminar de Fray Julián, fue la defensa de los Derechos Humanos de la comunidad LGBTTTIQA+(Lesbianas, gay, bisexual, transgénero, transexual, intersexual, Queer y más) en la ciudad de México, en los espacios de reflexión teológica que abría la Comunidad Ecuménica Magdala, con la Cátedra Fray Jerry Cleator, en la Residencia Universitaria Femenina, de las religiosas Teresianas, en la Colonia Roma. Un martes 29 de noviembre participábamos en una mesa de diálogo, con el tema “La Sexualidad en la Vida Religiosa”; donde fray Jerry, fraile dominico, con un trabajo de muchos años en la pastoral de la diversidad sexual, calificaba de ignorantes a los obispos católicos, por ver a la homosexualidad como una enfermedad, por violar los Derechos Humanos y por excluir de las comunidades de fe. Al día siguiente el periódico la jornada del 30 de noviembre del 2005, publicaba un documento del Vaticano, afirmando: “Que la homosexualidad contradice la antropología humana”; también publicaba la respuesta de la cátedra Fray Jerry Cleator, considerando hipócritas a las directrices vaticanas por su odio y homofobia. Esta catedra de reflexión teológica Fray Jerry Cleator fue creada por fray Julián Cruzalta. En este contexto me acuerdo de San Juan evangelista cuando dice que el viento sopla donde quiere y oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que nace del Espíritu (Jn 3,8) Este viento sopla en nosotros/as o respira en nosotros/as o respiramos en él, cuando sentimos que el dolor del otro nos mueve las entrañas y se torna, en cierta forma, nuestro dolor. Gracias Fray Julián, gracias Fray Jerry, por hacer suyo el dolor y sufrimiento de tantos hermanos y hermanas de la comunidad LGBTTTIQA+, por denunciar el odio y la homofobia que se sigue predicando en los templos. 

Fray Julián una voz que sigue clamando en el desierto es precursor de otras voces que han clamado en el desierto, asumiendo una perspectiva profética. Desde la voz del profeta Isaías (40,3-7) que clama por el derecho del pobre, del huérfano, de la viuda y el forastero; pasa por la voz de Juan Bautista: “ soy la voz que clama en el desierto: abran el camino para la llegada del Señor; siguiendo la voz del profeta y Maestro Jesús de Nazaret y de su movimiento que anunció los valores esenciales de la vida, valores por los que apostamos: solidaridad con los empobrecidos, defensa de la vida ante las múltiples amenazas, denuncia de la opresión, del compartir, del perdón, de la misericordia y la alabanza.

Fray Julián, sigue manteniendo vivas otras voces proféticas, que clamaron en el desierto de estas tierras, que hoy llamamos América. Como la voz de Fray Antón de Montesinos, que fue parte del primer grupo de frailes dominicos que llegaron a América en 1510. El 21 de diciembre de 1511 Fray Antón Predicaba en la Isla de Santo Domingo: “ Digan con qué derecho y con qué justicia tienen en tan cruel y horrible servidumbre a estos indios?;  O en la voz de Fray Julián de Garcés, primer obispo de Tlaxcala, en 1519, defendiendo la racionalidad de los indígenas, su libertad, alabando sus grandes capacidades; O en la voz de Fray Bartolomé de las Casas, Primer Obispo de Chiapas, en 1540, luchando por la abolición de la esclavitud y la encomienda, sus ideales de justicia y liberación las recoge de sus hermanos dominicos; O en la voz del Padre Chenu que fue un bello ser humano que encarnó la búsqueda de la justicia, con el arte y la espiritualidad, con un maravilloso sentido del humor y gran afecto; murió a los 99 años, el día que Mandela salió de la cárcel, fue un día perfecto para que Chenu muriera, pues había pasado doce años en su propia clase de prisión, porque el Papa Pío XII le había prohibido publicar sus obras ya que en ellas abogaba en Francia por el movimiento de los curas obreros. Fray Julián a combinado en su camino como Fraile dominico y en resonancia con estos grandes predicadores dominicos, la mística, la profecía, la espiritualidad, el arte y la justicia.

Durante estos 40 años de camino Fray Julián te has convertido en migrante para predicar fuera de los conventos, hace 40 años has comenzado tu marcha por el desierto, celebramos tu marcha de toda servidumbre y opresión, la marcha de todo lo que nos impide vivir plenamente en la libertad de los hijos e hijas de Dios. Fray Julián, durante estos 40 años has caminado por el desierto, donde han surgido dudas: ¿Para qué pues la marcha? ¿Merece realmente la pena? ¿No sería mejor quedarse en la situación anterior? ¿Aunque sea agobiante? ¿Hay un miedo a lo desconocido? ¿Quién garantiza que todo vaya a terminar bien? ¿Será el camino correcto? Pero por fin has emprendido la marcha, pero el camino no conduce a la tierra prometida, sino primero al desierto, a la sequedad, a la noche oscura. Porque solamente allí está el lugar de encuentro con Dios. El desierto, el silencio que nos permite vivir y que soportamos, nos acerca cada vez más hacia nosotros/as y hacia Dios.

Fray Julián como buen dominico y teólogo, predicador de la verdad, sabe que es guardián de la esperanza, que el estudio lo a preparado para proclamar la Palabra Liberadora. Esto lo hace enseñando la compasión, mostrándonos que Dios está presente incluso en medio del sufrimiento y que ahí es donde debemos forjar nuestra teología. La teología nos ofrece una disciplina intelectual que abre nuestros oídos para escuchar a Dios que nos llama a la libertad. La espiritualidad dominicana, es una espiritualidad de ojos bien abiertos, como la llama Fray Felicísimo Martínez, gran teólogo y profesor dominico. Los libros que leemos deben abrir por fuerza nuestro corazón, fray Julián como amante de los libros a dejado que le abran el corazón para estar al servicio de los más pobres y excluidos/as. Citando a la Doctora Teresa Forcades Vila, Teóloga feminista: “El camino del teólogo o de la teóloga feminista es, por tanto, necesariamente, un camino de lucha y de reivindicación, pero esto no significa que tenga que ser solo un camino de lucha o de reivindicación. No lo es. También es, y desde el núcleo mismo de su compromiso, camino de gratuidad, de don, de sorpresas y de regalos inesperados, de descubrimientos que ensanchan cada vez más el horizonte inicial, a veces modificándolo, a menudo dándole un sentido más pleno. Es un camino de lucha y, sobre todo, es un camino de solidaridad, de encarnación, de implicación en los dolores y las alegrías de los/as que sufren rechazo o discriminación. Fray Julián encarna muy bien esta reflexión que durante 40 años a vivido en la defensa de los que sufren rechazo o discriminación.

Para finalizar mi intervención y desde la sabiduría ancestral pido a Quetzalcóatl, serpiente preciosa del conocimiento, desde la tierra de Amatlán, Morelos, tierra de grandes guerreros como zapata, don Sergio Méndez Arceo, que proteja tu camino. Pido al Ipalnemohuani, dador de la vida, desde la sabiduría náhuatl, proteja tu camino, al Tetewari, esencia de nuestros cantos, nuestra creatividad, calor de nuestro amor, den fuerza a tu corazón para seguir caminando, al Kauyumari, venado azul, que ve y comprende los misterios del mundo, guie tu camino, desde la sabiduría Wixarica.  Porque la piedra del caracol y el ojo de venado; regresaron para pedir justicia en el camino de fray Julián. Con la fuerza del jaguar-Tecuani-agradezco tus 40 años de camino en la defensa de la verdad y la justicia, gracias, gracias, gracias, hermano Fray Julián Cruzalta Aguirre.

CENTRO DE DERECHOS HUMANOS DE LA CIUDAD DE MÉXICO, 10 DE MAYO DEL 2024.

COMUNIDAD ECUMÉNICA MAGDALA.

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